¿Cómo puedes incrementar tu motivación?

“La fuerza no viene de la capacidad corporal, sino de la voluntad del alma” Gandhi.

¿Qué es la motivación?

La motivación es la fuerza mental que nace dentro de ti y te ayuda a:

  1. Tomar decisiones con iniciativa y determinación.
  2. Resolver los obstáculos que puedan presentarse.
  3. Alcanzar con éxito tus metas.

La motivación es una condición indispensable para llevar a cabo TODOS los objetivos que quieres conseguir.

La motivación te impulsa y fortalece. Te lleva hacia un camino u otro, dependiendo de las necesidades que tengas en ese momento de tu vida y de los objetivos que te hayas propuesto. La voluntad que tienes y la actitud que pones en práctica para cumplir esos proyectos que tienes en mente son el primer paso y la clave para el éxito.

Cuando fijas tus objetivos y sabes de verdad qué es lo que quieres, la motivación te ayudará a poner en marcha las acciones necesarias para lograrlo.

La importancia de tener motivaci´´on

8 estrategias para aumentar tu motivación:

¿Qué es lo que te hace perseguir conseguir tus objetivos? ¿E intentarlos? ¿Por qué te implicas en lo que haces? 

Las respuestas son sencillas: depende de la voluntad y de lo motivado que te sientas. La motivación es la que te va a permitir hacer frente a los problemas, desafíos y adversidades que se interponen entre tú y tu objetivo.

La realidad es que no siempre vas a tener la misma motivación. Y tranquilo. Es totalmente lógico y normal. No todo nos ilusiona por igual. Sin embargo, hay muchos factores externos que facilitan que nuestra actitud sea más positiva y, por tanto, que nos sintamos con más fuerza y motivación para afrontar nuestros retos.

  1. Pensamiento positivo: Es importante recordar que los pensamientos que tienes influyen directamente sobre tu motivación. A partir de la actitud y las expectativas que tengas, caminarás en una dirección o en otra. Si consideras que lo puedes lograr, aumentará tu motivación y las posibilidades de avanzar. En cambio, si optas por un pensamiento más pesimista, disminuirá tu motivación y dejarás de poner en marcha los recursos necesarios para conseguir lo que deseas. Hay personas que ante una adversidad ven un problema mientras que otras lo perciben como un reto. Es decir, la interpretación que realices de los acontecimientos podrá motivarte o desmotivarte, por lo que presta atención a este aspecto.
  2. Establece objetivos adecuados: Cuando analizas tus objetivos, ¿piensas directamente en el destino final de lo que quieres lograr? Seguramente sí. La realidad es que pocas veces nos paramos a pensar en el camino. Recuerda que para poder conservar la motivación necesitas disfrutar del proceso y tomarlo como un aprendizaje útil y eficaz. Esto nos impulsa y nos anima a continuar. Para ello, márcate objetivos razonables, ajustados y reales que puedas cumplir. Crea objetivos realistas pero desafiantes. Objetivos concretos y medibles que supongan un estímulo positivo para ti.
  3. Registra los progresos que haces: En general, empezamos muy motivados con nuestros objetivos. No obstante, esta motivación va decayendo conforme pasa el tiempo si no se trabaja adecuadamente. Por eso, resulta primordial que seas consciente de todo lo que vas avanzando durante tu camino. Normalmente, nuestros objetivos suelen ser a medio y largo plazo, por lo que en el día a día no solemos valorar nuestro progreso. Trata de pensar en lo que ya has conseguido. Motívate con tus avances y carga las pilas para seguir. Reconócete tus logros. Aunque consideres que son pequeños, recuerda que todo gran plan comienza subiendo un primer escalón.
  4. Visualiza tu éxito: Intenta imaginarte a ti mismo logrando esa meta que te has propuesto. Intenta sentir lo que sentirías y pensar lo que pensarías. A veces, tendemos a rendirnos por el camino porque pensamos que no lo vamos a conseguir. Anticipamos sin saber lo que pasará en un futuro. Nos autoboicoteamos. Y nos olvidamos de los pequeños (grandes) pasos que vamos dando cada día. Los ingredientes clave que nos ayudan a continuar son el esfuerzo y la motivación. Y por supuesto, es indispensable creer en uno mismo y en el proyecto que tanta ilusión te hace. Si sabes lo feliz que puedes sentirte cuando logres tus objetivos, es más probable que sigas trabajando para alcanzarlos. 
  5. La constancia: ¡Qué difícil se nos hace a veces ser constantes! Es necesario aceptar que siempre va a haber un día “tonto” o poco aprovechado en el que no vamos a cumplir con nuestros propósitos. Pero es normal y comprensible. Somos humanos, no robots. No siempre estamos con la misma disposición o tenemos el tiempo suficiente para alcanzar nuestros objetivos.  Evolma trabaja con sus pacientes para que esto se convierta en una excepción y no en una regla, enseñando a naturalizar y gestionar el hecho de que “no siempre podemos con todo”. Es necesario darnos permiso para ser y sentir. Esto nos permite relajarnos, por lo que flexibilizamos y encontramos nuevas formas de afrontar nuestros retos. Sin pausa, pero sin prisa. Esto es lo que trabajamos en consulta, con la finalidad de ayudar a las personas a organizarse y elaborar un plan de actuación personalizado, así como orientarles para que puedan poner en práctica las estrategias necesarias que les permitan lograr lo que buscan.
  6. No todo es un camino de rosas: Mientras todo sale como esperas y quieres, es más fácil continuar. El desafío real aparece cuando las cosas empiezan a complicarse. Es en esos momentos cuando vienen a tu cabeza todos esos pensamientos negativos y dejas de ver resultados en tu proyecto u objetivo. ¡Para! No sirve de nada entrar en un bucle de pensamientos del tipo “no vale la pena esforzarse” o “nunca lo conseguiré”. Cambia el chip y toma las dificultades como una oportunidad de aprendizaje. Coge fuerzas y pon el foco en lo que sí que funciona. Siéntete orgulloso de estar donde estás y recuerda que, si has llegado hasta aquí con tu propio esfuerzo y trabajo diario, ¿quién dice que no puedas volar aún más alto sin continúas?
  7. Ten claro el por qué lo haces: Si conozco bien las razones que me han llevado a tomar una decisión, será más fácil sobrellevar los momentos de “bajón” que me encuentre por el camino. Si tienes escrito a fuego tus motivos, no dejarás espacio para que las excusas y la pereza se apoderen de ti. Convierte tus motivos en tu motor. Puede que lo hagas por ti mismo, por una ilusión, por un ser querido, por salud, por mejorar, por placer. Sea cual sea el motivo, tenlo presente y trata de ganar más argumentos todavía para terminar lo que te has propuesto.
  8. Pide ayuda siempre que la necesites: Comunica y expresa cómo te sientes. Querer mejorar es de valientes y también es un acto de amor hacia uno mismo. Implica fuerza y coraje, ya que conlleva arriesgarme, salir de mi zona de confort y buscar nuevas perspectivas de una misma realidad. Es importante que compartas tus proyectos y que naturalices y normalices la acción de pedir ayuda si te sientes atascado o ves que no avanzas. No es un signo de debilidad, sino todo lo contrario. Luchar por tu bienestar y querer evolucionar refleja tu valor y fortaleza.

Y como conclusión final,  desde el gabinete de Psicología Evolma queremos hacer hincapié en esta frase que nos anima a seguir con nuestros proyectos: “Haz lo que disfrutas y disfruta lo que haces”

Motivación