Cuando pase la cuarentena, ¿qué cambiará?

Después de la cuarentena, después de la tormenta…

Cuando pase esta crisis, reflexionaremos sobre nuestra experiencia personal y sobre las consecuencias que ha supuesto esta etapa para nosotros. Valoraremos situaciones, hábitos y lugares que antes podían pasar desapercibidos. 

La primera observación que me viene a la cabeza con estos días de confinamiento y este periodo de cuarentena que nuestro país está viviendo, es la importancia de la sencillez y el positivismo. Nuestra mente, nuestro carácter y personalidad no está preparado para encerrarse y aislarse involuntariamente. El ser humano necesita contacto social con otras personas, entrar y salir, celebrar y disfrutar momentos con los demás… Hoy, en el año 2020 las personas son muy independientes, cada uno de nosotros tiene su rutina, sus obligaciones, sus actividades… Todo ha parado, te tienes que quedar en casa, tienes que afrontar esta cuarentena conviviendo con niños pequeños, teletrabajando, o incluso estudiando una oposición. Cada uno tiene un escenario diferente pero todos tenemos algo en común, y es que para nadie es fácil este confinamiento.

¿Qué estamos aprendiendo? ¿Qué vamos a valorar cuando acabe la cuarentena?

Principalmente las pequeñas cosas que nos regala nuestro día a día. Pensad en lo afortunados que nos vamos a sentir al poder volver a las calles, a los parques, a las terrazas, a la playa o la montaña. Imaginad nuestra felicidad al pasear, abrazar a nuestros seres queridos, tomar un café entre amigos. Valoraremos mucho más cuando todo se normalice. Disfrutaremos más de la gente que nos rodea y de actividades que, muchas veces, hacemos en piloto automático porque estamos habituados a ellas.

Existen dos maneras de afrontar esta crisis: o lo cogemos con positivismo y nos focalizamos en las cosas buenas, que estoy segura que todos tenemos alguna, o nos hundimos y esto nos come por dentro. Dejadme ser sincera, ahora más que nunca, creo que es necesario aplicar la Psicología positiva. Esta vertiente psicológica trata de potenciar las emociones positivas, como la alegría o a la esperanza, para maximizar nuestro bienestar.  Es cierto que cada persona y cada familia tiene un contexto distinto y un lugar donde refugiarse diferente pero, por favor, todos tenemos la capacidad (estoy convencida) de desarrollar un aprendizaje vital y extraer conclusiones favorables para nuestro crecimiento personal. Empleando esfuerzo y motivación, por supuesto.

“De nada sirve no sacar fuerzas. Es indispensable enfocarse en la parte buena, y lograr así un aprendizaje productivo ante esta crisis”

¿Cómo conseguirlo? Utilicemos nuestra resiliencia: nuestra capacidad para hacer frente a las adversidades de la vida, transformar la angustia o la tristeza en una fuerza motora para superarse y salir fortalecidos de ellas.

Tenemos tiempo y, más que nunca, estamos obligados a parar. Tómalo como una oportunidad para entender y valorar lo que de verdad importa, para valorar el día a día y la libertad que tenemos en ser y hacer. Hazles saber a las personas que te rodean (amigos, familia, vecinos, compañeros de trabajo) que las aprecias. Estamos aprendiendo a desconectar. Volveremos a caminar, pero seguramente más despacio y siendo más humildes, más humanos, porque estamos viviendo una situación inédita, completamente desconocida para nuestra generación.

  • Es un buen momento para reinventarse. Aprovecha para descubrir proyectos e iniciativas que te gustaría comenzar, cocinar nuevos platos, leer una novela, dibujar o ponerte al día con algo que te interese.
  • Invierte tiempo en ti mismo. El autocuidado es clave en estos momentos, ya que nos ayuda a sentirnos fuertes y preparados. Mímate y cuídate. Y recuerda: no hacer nada también está bien. Hay ratos para todo si nos organizamos adecuadamente.
  • Es una ocasión estupenda para valorar al máximo ciertos hábitos que solíamos hacer y que ahora no es posible (pero que volverán dentro de un tiempo). Piensa en ello con una sonrisa. Incluso puedes elaborar una lista de todos los planes que querrías hacer cuando todo esto pase y compartirla con tus seres queridos por videollamada.
  • Dale la vuelta a la situación. Busca pequeñas motivaciones realistas que puedas desarrollar en tu día a día y persíguelas con ilusión.
  • Dedícate a aquellas cosas que no podemos atender en nuestra rutina por falta de tiempo. Por ejemplo, orden y limpieza a fondo.
  • ¿Qué puedes obtener de esta situación? Creo que todos hemos sacado nuestro lado más generoso y hemos aprendido a darle importancia a lo que realmente la tiene. Cuando esto termine, seguro que pararemos para disfrutar del día a día y saborearemos más cada momento vivido.

 

Aprendizaje ante la adversidad

Enfoca esta situación como un reto, es algo que no hemos elegido pero que la vida nos ha impuesto. Ahora toca asumir y hacer crítica constructiva. Por supuesto, esto también pasará y volveremos a llenar la terrazas y abrazaremos mucho y más fuerte que nunca.

Para terminar, me gustaría añadir una última reflexión…¿de qué sirve hundirnos o ver todo esto como algo negativo? En la vida lo que nos pasa es importante, pero es mucho más importante (y determinante) cómo reaccionamos a ello y cómo lo afrontamos. Nuestra actitud si que depende de nosotros y puede ayudarnos a superar esta prueba con creces.

¿En qué lado estás tú?