¿Sabes Escuchar?
“Hablar es una necesidad, escuchar es un arte” Goethe.
¿Reconoces que muchas veces no eres consciente de si estás escuchando cuando te hablan? Es fundamental aprender a escuchar y saber lo mucho que te beneficia potenciar esta habilidad. Todos tenemos clara esta idea. No obstante, cuando entra en acción nuestra necesidad de ser escuchados, esta lección se nos olvida y podemos volvernos egoístas sin darnos cuenta.
Las habilidades sociales son las competencias que se entrenan y desarrollan para lograr una mejor comprensión y comunicación con los demás. Por ejemplo, se pueden aplicar en una conversación entre varias personas para que esta sea más productiva y satisfactoria. Eres un ser social y por eso la práctica de estas habilidades es imprescindible, ya que te ayudan a desenvolverte adecuadamente en las diferentes áreas de tu vida.
Saber escuchar = habilidad para una buena comunicación.
Sin embargo, hay pocas personas que saben escuchar de verdad. En muchas ocasiones no prestas atención, aunque parezca lo contrario. Esto puede llegar a provocar diversos conflictos que afectan a las relaciones que tienes con las personas de tu entorno (trabajo, amigos, pareja, vecinos…).
¿Oír o Escuchar?
¿Hay alguna diferencia entre oír y escuchar?
Seguro que te sientes identificado con esta reflexión: ¿te ha pasado alguna vez que alguien te está contando algo y de repente notas como tu pensamiento se va a otra cosa? Tu pensamiento está en otro lado pero, a pesar de ello, sigues oyendo su voz, ¿verdad?
Durante el día oyes muchas cosas pero escuchas menos de la mitad de todo lo que te dicen. Cuando solo oyes no prestas atención profunda ni analizas lo que te están diciendo, sino simplemente captas los sonidos que se producen a tu alrededor cuando alguien te habla. Te quedas en la superficie y te pierdes la información que te quieren transmitir.
Si desarrollas el arte de escuchar, tu atención va dirigida hacia un sonido e información específica. Tienes la intencionalidad de atender con los cinco sentidos el mensaje que recibes.
“Escuchar detenidamente te hace especial, pues casi nadie lo hace” Ernest Hemingway.
Por supuesto, es mucho más fácil oír que escuchar. Escuchar requiere de tu atención plena y tu disponibilidad para estar activo en una conversación.
La escucha activa consiste en intentar comprender lo que te cuentan, así como el punto de vista de la otra persona. Este tipo de escucha está muy ligada al valor de la empatía, porque implica pensar en el otro. Si te cuesta desarrollar esta habilidad, Evolma te aconseja que te pongas en mano de profesionales, ya que trabajar esta aptitud puede ayudarte a mejorar tu calidad de vida.
¿Trabajamos la escucha activa?
Si prestas atención y te esfuerzas por comprender lo que te están diciendo, estarás aplicando la escucha activa. Estos son los ingredientes necesarios para mantener una conversación de calidad con otra persona.
¿Cómo aprender a escuchar?
“Nadie pone más en evidencia su torpeza, que el que empieza a hablar antes de que su interlocutor haya concluido”
El primer paso a seguir para aprender a escuchar es saber mantener un diálogo con otras personas, no hablar a la vez y mostrar interés. Si en una conversación todos quieren hablar a la vez y no se escuchan las aportaciones de las otras personas, no habrá diálogo como tal sino monólogos y esto impide intervenir y aportar una opinión o información de calidad.
¡Saber escuchar es una actitud y una habilidad difícil! Implica atención, comprensión y esfuerzo por captar el mensaje de la persona con la que hablas. Por tanto, la clave del éxito en un buen diálogo significa dirigir tu atención hacia el otro.
La Comunicación NO verbal
El lenguaje no verbal es el arte de expresarse sin hablar. Va más allá de las palabras. Es el tipo de comunicación que, sin necesidad de hablar, refleja tu punto de vista o expresa tus sentimientos en una conversación.
Las señales verbales son esenciales en una comunicación de calidad. Las verbalizaciones refuerzan tu discurso cuando estás manteniendo una conversación con alguien. Te permiten trasmitir y consolidar tu perspectiva sobre el tema que se está tratando.
Hay varias estrategias que muestran la atención que prestas en una conversación, como por ejemplo parafrasear o reformular lo que la otra persona dice. Expresiones del tipo “¿A qué te refieres con eso?”; ¿En qué sentido lo dices?” o “¿Podrías ponerme un ejemplo?”, fomentan tu capacidad de escucha y te permiten conectar con la conversación, y entender mejor a tu interlocutor.
La comunicación no verbal también es muy relevante. Mirar a los ojos a quién me habla, asentir ante su discurso y dejar a un lado mi teléfono móvil, son gestos que promueven que mi atención se encuentre centrada en escuchar al máximo.
Los componentes no verbales de la comunicación son: la mirada, las actitudes, la expresión emocional y facial, la sonrisa, los gestos, e incluso la postura corporal que muestras cuando hablas con otra persona.
¿La comunicación NO verbal dice más que las palabras?
La comunicación verbal es muy importante para dar un mensaje correcto y el poder del lenguaje corporal puede ser un factor determinante de cómo puedes hacer sentir a alguien.
Los 8 beneficios de la escucha activa
- Te ayuda a resolver confictos interpersonales.
- Aumenta la autoestima. Te hace sentir valorado y te motiva para seguir contando una historia.
- Consigues evitar los malentendidos.
- Incrementas tu nivel de empatía.
- Si escuchas activamente, tienes la posibilidad de acrecentar tu nivel de cultura general y aprender cosas nuevas.
- Desarrollas tus habilidades sociales.
- Proyectas una imagen positiva e incluso de inteligencia hacia los demás. Notas que te prestan atención cuando hablas.
- Mejoras tus relaciones interpersonales.
Saber escuchar es una manera saludable de contribuir a la felicidad del otro.
“Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y a callar cuando no tengas nada que decir” Johann Kaspar Lavater.
