El poder de la Asertividad

La palabra asertividad es una gran desconocida para muchos.

¿Qué es la asertividad?

Definiría asertividad como la habilidad comunicativa que consiste en defender tus derechos expresando tus opiniones y realizando sugerencias de forma honesta, sin caer en la agresividad o la pasividad, respetando tanto a los demás como a ti mismo y a tus propias necesidades.

Las 7 técnicas para poner en práctica la asertividad:

  • No te centres en lo que te desgrada. Intenta focalizar tu atención en el acuerdo y en lo que te hace sentir bien.
  • Es importante saber decir NO sin ningún tipo de culpabilidad. Defiende tu postura o decisión de una forma diplomática y adecuada. Muestra tu seguridad de manera elegante, sin emplear la prepotencia.
  • Ofrece alternativas y argumenta tu opinión.
  • Procura aceptar y respetar la información que te transmiten, y siéntete libre de aportar tu perspectiva con tranquilidad y cordialidad.
  • Agradece siempre lo bueno que te dicen y el valor que le dan a tu trabajo o proyectos personales.
  • Tratar de comprender que existen otros puntos de vista diferentes al tuyo, que también son válidos.
  • Acepta las críticas constructivas y comunica tu opinión de forma educada.

La buena comunicación: la esencia de la asertividad

Tu comunicación: En muchas ocasiones nos sentimos atrapados y no sabemos cómo comunicar una idea u opinión de manera apropiada. Incluso a veces, te sientes “obligado” a parar una conversación y continuar más tarde.

“Muchos de nosotros no podemos satisfacer nuestras necesidades, porque decimos sí cuando deberíamos decir no” William Glasser.

También es adecuado detectar aquellas ocasiones es la que es necesario decir NO, como hemos mencionado anteriormente. En nuestra vida cotidiana, recibimos muchas propuestas diferentes: por parte de nuestros amigos para hacer planes de ocio, propuestas en nuestro trabajo para cambiar o involucrarnos en un nuevo proyecto laboral. En definitiva, percibimos proposiciones diversas y variadas.

Estas proposiciones pueden tener una negativa por tu parte por distintas razones o motivos. Por ejemplo: no es el momento adecuado para ti, porque puede que vaya en contra de tus valores personales, o tal vez consideras que dicha propuesta no tiene en cuenta tus propias necesidades. Saber decir que NO ante estas situaciones es fundamental. Al decir esta palabra sientes bienestar contigo mismo, ya que actúas según tus principios y no te sientes forzado a hacer algo que no quieres por el motivo que sea. Por esto mismo: la comunicación, o mejor dicho, la buena comunicación es un factor imprescindible para ser una persona asertiva.

El poder de la asertividad

¿Cómo puedes saber si eres asertivo?

“Si quieres ser respetado por los demás, lo mejor es respetarte a ti mismo” Fiódor Dostoievski.

Características principales de las personas asertivas:

  1. Una cualidad de las personas asertivas es el poder de saber escuchar. Tienen la capacidad de comprender una situación sin ser impulsivos, ni anteponer sus intereses.
  2. Buscas diferentes alternativas y posibilidades a la hora de solucionar algún conflicto. Expresas tus ideas sin faltar el respeto a los demás.
  3. Potencias constantemente tu autoestima y positividad.
  4. Tienes motivación a la hora de marcarte un objetivo. Además, al desarrollar la capacidad comunicativa y de escucha activa, sueles establecer relaciones sociales más saludables.
  5. Favoreces el valor de la empatía y te pones en el lugar de la otra persona.

¿Cuándo no eres asertivo?

Si eres una persona con baja autoestima te cuesta mucho más expresarte de forma asertiva, por lo que no defiendes tus intereses y derechos. Probablemente esto te conduzca a establecer relaciones sociales muy desequilibradas en las que sueles terminar aceptando las condiciones de los demás, callando y sufriendo. En otras situaciones, tendrás la necesidad de explotar y puede que manifiestes comportamientos agresivos desproporcionados.

Esto significa que la asertividad no implica comportamientos pasivos ni avasalladores, sino todo lo contrario. Ser asertivo supone ser proactivo y creer en mis ideas, pero siempre teniendo en cuenta las del resto. E incluso aprender y enriquecerme de las perspectivas de los demás.

La falta de habilidades sociales constituye un problema que subyace a muchos otros problemas que implican relación con los demás: en el ámbito de la pareja, en la familia, en las relaciones laborales o en el círculo de amigos.

Los comportamientos agresivos son propios de personas poco asertivas. Además, se incluyen aquellos que no tienen en cuenta las necesidades de la otra parte y deciden por carácter egoísta.

Sentimos emociones constantemente. Sin embargo, estas emociones no tienen por qué controlarte y dominarte. Es fundamental tomar conciencia de dichas emociones y saber que puedes expresar cómo te sientes, pero siempre desde el respeto y la empatía hacia los demás.

Cuando expresas tus propios sentimientos, nadie puede discutírtelos porque salen de dentro de ti mismo. No obstante, lo que sí que está en tu mano es la forma de manifestarlos. No olvides que es esencial tratar de transmitirlos de manera ajustada.

La asertividad te ayuda a potenciar tus valores, creencias y actitudes. Todo ello te acompaña y favorece que desarrolles tu día a día de una forma mucho más satisfactoria y feliz. 

Estos son algunos de los objetivos que trabajamos en Evolma:

  • Promover tus habilidades sociales, logrando que te relaciones con sinceridad, contundencia y sin perjudicar a nadie.
  • Mejorar tus relaciones interpersonales y establecer nuevos vínculos sociales de calidad.
  • Ayudarte a identificar, aceptar y expresar adecuadamente tus emociones, sin miedo a lo que puedan pensar los demás.
  • Incrementar tu autoconocimiento y autoestima, para que tengas mas confianza en ti mismo y afrontes con seguridad las diferentes decisiones que debas tomar en tu vida cotidiana.

Ser asertivo, aunque en un principio puede dar un poco de vértigo, es una habilidad que se puede entrenar. Contribuye a reducir el resentimiento y aumenta tu bienestar personal y emocional. Te enseña el camino para respetarte y poner límites sanos a los demás para que también te respeten.