El éxito de La Casa de Papel desde una perspectiva psicológica

Antes de analizar contigo las claves de su éxito internacional, si no has visto la serie, ponla en tu lista porque estoy segura de que te va a sorprender 🙂

Como psicóloga, supongo que adivinaréis que me apasiona entender el por qué de la conducta y las relaciones humanas. Y aunque hablamos de ficción cuyo principal objetivo es entretener, se pueden extraer conclusiones muy interesantes de La Casa de Papel (y sin spoilers)  ¡Ahí van unas cuantas!

Un fenómeno internacional

¿Sabías que La Casa de Papel es la serie de habla no inglesa más vista en Netflix? Y la segunda más vista a nivel mundial en las primeras 24 horas desde su lanzamiento. Por si no lo sabes, la primera es Juego de Tronos.

Javier Gómez, responsable del equipo de guionistas, se encarga de dar forma a los personajes y de construir la trama que ha conquistado a muchísimas personas de todo el mundo.

La esencia de la serie es la peculiaridad de los protagonistas. La diversidad de las personalidades y también su singularidad, consiguen un atractivo admirable en cada uno de ellos. Esta atracción actúa como un imán y favorece que puedas sentirte identificado con alguno de ellos. De hecho, a lo largo de las temporadas, las personas desarrollan cierta devoción y admiración por los miembros de la banda. Una conexión que logran despertar en la audiencia, a través de su lucha por la libertad.

Las claves del exitazo desde un punto de vista psicológico

El éxito de la serie es algo indudable, ¿verdad? Nos ha tenido enganchados las 5 temporadas y hemos estado ansiosos por el estreno de cada una de ellas.

Ha traspasado las fronteras de nuestro país y ha llegado a prácticamente a todo el mundo. Su clave principal probablemente sea la combinación extraordinaria entre entretenimiento, intriga, acción y el toque mágico de Psicología, perfecto para conseguir que el espectador sienta unión e identificación con los personajes y su historia.

En mi opinión, el carisma de los protagonistas es lo que define a La Casa de Papel. Es lo que hace que empaticemos y sintamos cierta cercanía con todos ellos.

También influye ese toque de carácter a nivel reflexivo y crítico sobre temas cotidianos como la justicia, la igualdad (y desigualdad) y las clases sociales.

La casa de papel

Analicemos algunos aspectos:

Las emociones nos igualan y nos hacen sentirnos identificados con los demás:

A las personas nos encantan las historias, pero necesitamos conectar y entender para que realmente nos atrapen. Y es justo aquí donde La Casa de Papel ha dado en el clavo. Una banda de atracadores que llora, que ríe, que apuesta por la amistad y que, incluso, se enamora. Es decir, gente real que siente y se emociona. Como tú o como yo. Han conseguido humanizar a los personajes hasta el punto de que te encariñes con ellos y de que puedas llegar a ponerte en su piel. Y menudo reto, porque estamos hablando de delincuentes.

La vulnerabilidad humaniza y genera empatía:

Y precisamente por esto ha traspasado la pantalla. Porque marca la diferencia. ¿Cómo es posible que en una serie de televisión los espectadores se pongan del lado de “los malos”? Una palabra: empatía. Nos cuentan cómo ha sido su vida, sus oportunidades, sus condiciones. Nos ponen en contexto. Y además, no los presentan como villanos invencibles (como suele ser lo habitual en la ficción) sino todo lo contrario. Nos muestran su vulnerabilidad. Sus debilidades. Y nuestras neuronas espejo, que son las encargadas de producir empatía, empiezan a ponerse en marcha. Las personas tendemos a posicionarnos con los que consideramos más débiles y defendemos aquellas causas que percibimos como injustas. A través del enfoque que plantea la serie, esto es lo que termina sucediendo.

No todo es blanco o negro:

¿Realmente el fin justifica los medios? Esta es, sin duda, otra carta muy potente que plantea esta producción. Y es que este es otro factor clave de la serie: nos invita a cuestionar y a ver más allá de lo establecido. Nos enseña a valorar perspectivas inimaginables y a tener en cuenta que no todo es blanco o negro. Nos planta sobre la mesa la escala de grises tan amplia que existe. En resumen (y tirando de refranero español que me encanta): “Ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos”. Me parece que este es uno de los principales mensajes que quiere transmitir este fenómeno televisivo. El bien y el mal no se exponen del todo definidos. Siempre hay matices. Y esto engancha, porque genera debate e interpretaciones diferentes que hacen que te mantengas pendiente de cómo evoluciona todo.

La sensación de pertenencia a un grupo. Compartir un propósito une (y mucho):

Durante todo el argumento, los personajes persiguen un objetivo fijo que está totalmente planificado al milímetro. Y no lo hacen porque sí, sino que creen firmemente en él. Son fieles a ello al 100%. Y además se encargan de argumentarlo constantemente. Es decir, le ofrecen un sentido a sus actos y esto lo refuerza porque te cuentan cada paso que dan y también su propósito para que puedas llegar a comprenderlo. El hecho de que la trama esté contada por una de las integrantes de la banda también influye, ya que nos hace tomar ese punto de partida y sentirnos “parte de su equipo”. De esta forma, logran que entendamos la historia según su visión. ¡No se les escapa una!

Somos La Resistencia:

Por si fuera poco, su meta no está relacionada con hacer daño a nadie, sino que defienden “lemas proactivos” relacionados con valores como la libertad o la resistencia. Así, lo que consiguen es hacerlo todo mucho más atractivo y apetecible, ofreciéndole incluso su propia justificación. Además, tienen su marca de la casa: su uniforme es un mono rojo, color frecuentemente asociado a la rebeldía y revolución, y máscaras de Dalí, con el objetivo de reflejar su espíritu luchador de resistencia ante injusticias. Estos símbolos intensifican su esencia, haciéndola aún más visible y sólida. Y la cosa no acaba aquí…¡También tienen banda sonora! Con letra potente. Y transmiten sus ideales a través de ella, de forma divertida y enérgica. Esto es una pieza fundamental a la hora de comunicar porque genera que su mensaje cobre todavía más fuerza.

El humor nos conecta:

¿Hay algo más original que un grupo de atracadores riéndose a carcajada limpia? ¡Y encima con risas peculiares! Toda una genialidad. Este es otro de los aspectos diferenciadores que aporta esta serie. El carisma, el buen rollo y el sentido del humor son habilidades sociales que favorecen los vínculos con los demás, porque generan experiencias que nos gusta recordar. Por tanto, potenciar todo ello en los personajes de la serie fomenta que podamos percibirlos de manera positiva y que simpaticemos con ellos.

Abramos melón, ¿Con cuál de estas características te has sentido más identificado? ¿Me cuentas quién es tu personaje favorito? ¡Bella ciao ciao ciao!