Si hablamos de límites, un factor fundamental que me viene a la cabeza es: Los límites son indiscutiblemente necesarios, ya que ayudan a los niños a organizarse y a comprender mejor el mundo que les rodea.
Cuando tenemos una edad temprana, pasamos por una etapa de crecimiento evolutivo, tanto físico como mental. Los niños desarrollan el uso de la razón, aprenden a comportarse en diferentes contextos de su vida cotidiana (en el cole, en casa, en el parque…) Desde el primer momento es esencial que aprendan a comportarse y a educarse dentro de unos límites claros y concretos.
¿Qué papel juega la familia para implementar los límites a los peques de la casa?
No cabe duda de que los padres son el pilar principal de los niños y además son su primer agente socializador, por lo que con ellos aprenderán a comportarse dentro de su entorno. La dificultad se presenta cuando se produce incertidumbre e inconsistencia por parte de los padres a la hora de poner “normas”.
¿Por qué resulta tan difícil implantar las normas?
Puede preocuparnos crear un conflicto o recibir una mala cara (o gesto) por parte del niño.
Nos puede dar apuro que no nos comprenda o malinterprete el motivo de imponerle una norma.
O quizás porque no sabemos cómo transmitir ciertas reglas a nuestros hijos.
Y… ¿Por qué creemos que son necesarias las normas?
Creo que lo más importante es que el niño se sienta guiado y seguro durante su crecimiento personal. “Si percibimos que tenemos límites y normas es porque se preocupan por mí”.
Para el aprendizaje de estos hábitos, es necesario poner normas adaptadas al menor y a la etapa evolutiva en la que se encuentra, así ayudaremos al desarrollo de la tolerancia y al conocimiento de que “no todo vale y hay que saber convivir bajo unos límites”. Esa adquisición de normas va a lograr que los más peques se desenvuelvan adecuadamente en la sociedad.
Un aspecto imprescindible para conseguir que el niño acepte e integre las normas y límites que imponemos durante su desarrollo personal es la obediencia.
¿Qué importancia tiene la obediencia?
Un niño ejercita la responsabilidad cuando tiene una actitud de colaboración, aceptación y participación en las indicaciones que les damos como padres en el día a día. Lógicamente, no todos los niños aprenden a ser obedientes al mismo tiempo o de la misma manera. Esto es debido a que presentan un ritmo vital distinto, así como un carácter concreto, lo que condiciona su nivel de obediencia. Es necesario tener en cuenta esta realidad para formular normas y límites de forma ajustada a cada niño.
La metodología que aconsejamos en Evolma tiene como base favorecer el desarrollo del niño dentro de las normas y los límites, potenciando su autonomía y su autoestima.
Un niño autónomo es aquel capaz de realizar las tareas propias de los peques por sí mismo. ¿Cómo fomentamos esa autonomía?: No poniendo la tirita antes de la caída.
“Lo mejor que puedes hacer por los más peques no es enseñarles tus riquezas, sino hacerles ver las suyas propias”.
Ellos aprenden y se empapan de todo lo que sucede a su alrededor. Si les ofrecemos autonomía a la hora de realizar tareas y tomar decisiones, ellos aprenderán donde se encuentran los límites y la importancia de las normas. En definitiva, lo que está bien y lo que está mal y, sobre todo, cuál es la razón de ello. Siguiendo este proceso, estaremos creando adultos independientes y con criterio.
Resulta primordial que los padres presten atención al desarrollo de la autonomía de sus hijos desde el principio. Es indispensable dedicar tiempo para inculcarles unos buenos valores, así como enseñarles a crecer como personas desde la decisión, la iniciativa y la seguridad.
Un ejemplo de la autonomía infantil podría ser el descanso, su alimentación, los hábitos de higiene. Esto les hace ser responsables de sí mismos.
Otro aspecto que destacamos en la terapia infantil de Evolma para que obedezcan es trabajar con ellos el aumento de su autoestima. Los niños están en proceso de crecimiento y de desarrollo de su personalidad y considero que es muy importante darles el reconocimiento cuando obedecen, cuando traen buenas noticias del cole o cuando conviven dentro del respeto y la tolerancia en casa, en el cole etc. Además, debemos fomentar la comunicación y expresión emocional para promover una buena autoestima. Para ello, es interesante preguntarles cómo les ha ido el día, por sus opiniones o preferencias y también por sus emociones. Esto ayudará a que tengan una mejor imagen de sí mismos y distingan entre lo correcto y lo incorrecto. Asimismo, les permitirá establecer vínculos sociales sanos y fuertes.
Esta autonomía se consigue creando un ambiente familiar en el que exista un clima agradable donde el niño se sienta seguro, cómodo y querido, demostrándole lo especial que es para ti.
Por supuesto, no podemos perder el norte a la hora de saber cuáles son los límites del niño. Es decir, no pedirle aquello que no está a su alcance. Debemos aceptar y apoyar al niño, valorando y haciéndole ver todas las actitudes positivas que tiene.
Para terminar, me gustaría dejaros algunas recomendaciones para contribuir como padres a la aceptación de normas y límites por parte de vuestros hijos:
6 Consejos para contribuir al desarrollo positivo de la aceptación de normas y límites donde se desarrolla el peque:
- Trátale con respeto y muéstrale agradecimiento.
- Usa la palabra por favor. Debemos implementar normas desde el respeto, el cariño y la consideración.
- Escucha a tu hijo y responde de manera honesta a sus inquietudes y preguntas.
- Ofrécele la oportunidad de que sea él mismo quién resuelva sus problemas (sabrán donde están los límites).
- Felicítale por su esfuerzo y buenas conductas.
- Realiza un ejercicio de empatía y ponte en su lugar para comprender las situaciones desde su perspectiva.
“Educar es sembrar y saber esperar”
Este martes 25 de febrero tuve la oportunidad de dirigir una charla para la Escuela de Padres en el Colegio Santa Teresa de Jesús-El Vedat sobre la temática de normas y límites que hemos profundizado en este post.