Hoy en día es muy habitual que las personas cambiemos de empleo con frecuencia. Esto se debe a que el concepto de “ficho por una empresa y me quedo en ella hasta que me jubile” ya no existe.
Cambiar de puesto de trabajo puede ser positivo y enriquecedor, ya que nos ayuda a aprender otros puntos de vista y formas diferentes de enfrentar nuevos retos. Pero es primordial que este tipo de cambios se hagan paulatinamente y con calma.
El miedo que experimentas al cambiar de trabajo
El miedo al cambio vive con el ser humano y se pone de manifiesto cuando quieres dar un giro a tu carrera profesional.
Las cosas que conoces te transmiten seguridad porque son previsibles y, en general, las tienes bajo control. Es lo que en Psicología llamamos “zona de confort”. Pero cuando se avecina un cambio, aparece en nosotros la temida sensación de incertidumbre, porque comenzamos a percibir situaciones nuevas y difíciles de predecir que, en ocasiones, nos asustan. Es importante saber que este temor es un sentimiento normal cuando vas a cambiar de trabajo. Y no importa si es por voluntad propia o si por el contrario se trata de una decisión que no has tomado tú. Empezar una nueva fase siempre da un poco de vértigo, ya que no sabemos lo que ocurrirá.
Miedo a lo desconocido
Es quizás el temor más humano y más obvio.
Vivimos en una sociedad que cambia constantemente y cada vez resulta más necesario aprender a tolerar y gestionar el cambio y la incertidumbre.
“Más vale malo conocido que bueno por conocer ” Este refrán escenifica nuestro miedo. Pensar así hace que te estanques para seguir sintiéndote seguro. Tener este tipo de pensamientos provoca que te quedes detenido y, en muchas ocasiones, no avanzas hacia dónde quieres ir.
Las claves para aceptar el cambio
El miedo al cambio de trabajo nos paraliza a la hora de tomar decisiones. En ocasiones, esta paralización ocurre cuando estás a punto de entrar en una nueva empresa. Este temor acaba provocando que nunca llegues a tomar la decisión de buscar otro trabajo, sino que te conformes y acabes quedándote en el lugar en el que estás aunque no te llene. Esta situación es muy negativa para tu futuro laboral, si realmente tu puesto de trabajo ya no te genera bienestar. De algún modo, tú mismo te has cerrado una puerta y, el no intentar alcanzar tus metas o probar cosas nuevas, acaba produciendo en ti una gran fuente de frustración y estrés.
Los cambios son una parte imprescindible de la vida. Lo que sucede es que, a veces, los vivimos como algo negativo. Pero si tratamos de afrontar los cambios de forma positiva y con ilusión, pueden mejorar nuestro estilo de vida, ya que el entorno laboral ocupa una parte importante del día a día.
Reduce el miedo en 3 pasos:
Hoy en día son muy pocas las personas que permanecen toda su vida en el mismo puesto de trabajo. Es casi imposible, sobre todo si hablamos de la generación más joven en edad laboral.
El mundo laboral ha evolucionado y a lo largo de nuestra vida profesional cambiamos varias veces de trabajo. Si no consigues reducir el miedo a lo nuevo y a lo desconocido, vivirás angustiado y como resultado, terminarás por cerrarte tú mismo nuevas oportunidades que pueden ser muy beneficiosas para ti.
¿De qué forma podemos reducir el miedo al cambio?
- Nada permanece: Todo cambia, no solo a nivel laboral sino también en la vida personal. La sociedad evoluciona y también lo hacen los puestos de trabajo. Hoy en día es muy común estar durante un tiempo en una empresa y después de unos años de experiencia cambiar a otra. Aceptar esto como algo natural te ayudará a disminuir la sensación de estrés y miedo y te sentirás más fuerte.
- Sé flexible: Como propósito para adaptarte mejor al cambio. Para ello, empieza por rutinas diarias que te hacen sentir bien. Genera alternativas, como por ejemplo sitios nuevos donde desayunar, libros diferentes para leer, rutas distintas para ir a lugares conocidos o practica algún deporte.
- Cambios progresivos: Los cambios deben ser paulatinos y nunca a la vez. Marca objetivos realistas y no te exijas demasiado al principio. Si el cambio de trabajo va acompañado de algún otro cambio, intenta hacerlo paso a paso. Desarrollarlo todo “de golpe”, te puede generar agobio y una ansiedad difícil de manejar.
“Tener miedo es, en parte, lo que nos mantiene vivos” Regina Trénor.
Pero no está bien dejar que esos miedos te impidan avanzar y encontrar un camino que podría hacer que tu vida sea mejor a nivel laboral y personal.
Te propongo un reto para terminar: Proponte como meta a corto plazo descubrir tu potencial en la vida laboral y reflexiona sobre si consideras que estás en el puesto de trabajo con la condiciones que crees que te mereces. Y analiza si te sientes feliz allí.
Habitualmente las personas tienen miedo al conflicto que supone el cambiar, pero muchas veces, los cambios son lo mejor que te puede pasar. Recuerda que el final de un camino siempre es el principio de otro, que puede ser maravilloso.