Cómo manejar los celos patológicos

¿Sientes que te ahogas en los celos? ¿Crees que pueden llegar a obsesionarte?

¿Qué son los celos patológicos?

El sentimiento de los celos aparece y se manifiesta, en mayor o menor medida, en la mayoría de las relaciones de pareja. ¿Tienes miedo de perder a la persona que amas? Es ahí donde se inician los celos: cuando una persona experimenta inseguridad debido al temor que le supone pensar en perder a su pareja.

Es natural y normal (siempre que sea de forma moderada y ajustada) sentir celos en alguna ocasión. Surgen como consecuencia del enamoramiento y del vínculo amoroso que compartes con tu pareja.

¿Qué ocurre cuando los celos son desproporcionados?

Los celos se pueden desarrollar de diferentes maneras:

  1. Pueden ser desproporcionados en intensidad.
  2. Pueden aparecer de manera recurrente.
  3. A veces, los celos son infundados. Es decir, no se basan en ningún motivo ni causa real.

Aquí es cuando hablamos de padecer celos patológicos. ¿Qué son? Son celos que están relacionados con la necesidad de controlar cada movimiento de tu pareja y crean en tu relación una desconfianza por cualquier cosa que no permite avanzar ni crecer juntos.

Si los celos se convierten en obsesivos, te adentras en una fase de destrucción constante que termina por desgastar la relación de pareja. El camino de la obsesión con los celos conlleva un deterioro en la relación y, en muchas ocasiones, ocasiona la ruptura sentimental definitiva.

Una persona obsesionada por los celos dedica mucho tiempo y esfuerzos en buscar “pruebas” y descubrir a su pareja envuelta en una posible mentira o engaño. El mayor problema de este tipo de personas es que desarrollan una visión distorsionada de la realidad y un comportamiento obsesivo, insano y descontrolado que les lleva a rechazar cualquier conversación o pensamiento racional que indique o demuestre lo contrario a lo que piensan. Y, ¿en qué acaba todo esto? Frecuentemente, el comportamiento de la persona celosa provoca la separación y la pérdida de los sentimientos amorosos que existían entre los miembros de la pareja.

“Hay que aprender a amar siendo libre” Walter Riso.

¿Cómo saber si eres una persona extremadamente celosa?

Cuando mantienes una relación de pareja, en ocasiones, experimentas sentimientos de preocupación por la posibilidad de perder a esa persona que amas y con la que compartes tu vida. Hay veces que esa preocupación y ese temor pueden convertirse en celos y manifestarse como tal. Estos celos que desarrollas son habituales, porque solo implican una preocupación comprensible y racional por perder o acabar la relación sentimental.

Los celos pueden ser sanos cuando no te hacen perder tu capacidad de razonar y, sobre todo, cuando no existe una fijación u obsesión por tu relación de pareja. Escuchas y valoras otras perspectivas, y aceptas que puedes no tener razón. Tienes en cuenta la opinión y los argumentos que te ofrece tu pareja, y eres realista.

Claro que puedes experimentar cierta preocupación en tu relación. Hay muchos motivos que pueden llevarte a ello, como por ejemplo, tener una relación a distancia, cuando uno de los dos miembros de la pareja tiene una situación complicada en su familia o algún tema laboral. Y puedes llegar a pensar que, por motivos externos, la relación se puede acabar. Lo importante es no nublar tu mente ni sacar conclusiones precipitadas e irracionales o imaginar situaciones que ni siquiera existen. Los pies siempre en la tierra y siendo realista sobre lo que envuelve tu relación.

Si lo que sientes son celos sanos, deseas que tu pareja permanezca a tu lado sin la necesidad y obligación de controlar absolutamente todo. Estos celos no provocan un malestar interno continuo, ni pensamientos rumiativos y, por supuesto, no afectan seriamente la relación ni tampoco quebrantan la confianza.

Sucede lo contrario con los celos patológicos. Este tipo de celos van un paso más allá, hasta que llega un momento en el que se convierten en una fuerte dificultad emocional para la persona que los sufre. Normalmente, este tipo de celos son injustificados y pueden llegar a obsesionarte transformando tu vida en un sufrimiento continuo.

¿Y cuál es el resultado? Se forma una fuerte negatividad en tu relación que repercute en el comportamiento que muestras con tu pareja. Se genera en ti una profunda inseguridad e incluso, provocas que tu pareja no pueda implicarse emocionalmente con nadie, y eso no es positivo ni enriquecedor. Los miembros de la pareja tienen muchas veces amigos muy especiales y de toda la vida, la familia, o un bonito compañerismo en el trabajo. Estas esferas vitales también son importantes y se deben cuidar como tal.

Además, la persona que sufre estos celos intenta vigilar cada uno de los movimientos de su pareja, llegando a imponer reglas absurdas y desproporcionadas. Todo ello produce una presión constante que termina convirtiendo la relación en un entorno tóxico donde la otra persona se siente atrapada y controlada. La relación amorosa, en lugar de ser un refugio, se vuelve un callejón sin salida. Y ninguno de los miembros se siente feliz.

Celos patológicos

Las 6 claves para superar los celos patológicos:

Te gusta tu pareja, hasta el punto que ni sabes el motivo por el cual has desarrollado unos celos tan exagerados. Temes que la relación acabe y eres consciente de que debes controlar los celos pero no sabes cómo hacerlo. El primer consejo que te ofrezco desde Evolma es que valores la posibilidad de ponerte en manos de profesionales, con el objetivo de que un psicólogo cualificado te ayude a canalizar de forma adaptada las emociones que estás sintiendo, y pueda enseñarte a poner en práctica las habilidades sociales necesarias para establecer una relación sentimental sana y de éxito.

  1. Trata de encontrar dónde está el origen de los celos. Encontrar cuál es su comienzo te ofrecerá muchas pistas sobre cómo minimizarlos.
  2. Es importante saber si tienes miedo a la soledad o al abandono, y es necesario superar estos sentimientos y aprender a gestionarlos correctamente, porque producen ansiedad y malestar emocional.
  3. Trabaja la autoconfianza. Muchas veces tienes inseguridad en ti mismo porque no te valoras lo suficiente, lo que te lleva a pensar que hay otras personas mejores que tú. Y es ahí donde inicias el miedo a perder la relación. Es esencial que recuerdes que, al igual que tú escogiste a tu pareja, él o ella te escogió a ti. Pon el foco en ello y avanza con firmeza.
  4. Vive tu relación desde una posición de igualdad. No perteneces a nadie y nadie te pertenece. La libertad en una relación es primordial. “No te necesito. Te prefiero y te elijo” Walter Riso.
  5. Confía en la persona que has elegido y cree en la pareja. Al fin y al cabo, apostaste por ello en su momento. Y si no hay motivos reales sobre la mesa, ¿por qué dudar y preocuparse de más?
  6. Potencia tu autoestima para eliminar prejuicios y mitos con respecto a lo que supone una relación, así como las creencias irracionales que existen sobre infidelidad. Tú eres único y mereces recibir el amor de tu pareja.
Quédate con este mensaje: a lo largo de tu relación de pareja intenta mantener ratitos y momentos que sean para ti, cuida de tu propia intimidad y conserva tu espacio personal. El ser humano es una persona independiente, que trabaja, que tiene amigos, compañeros y familiares. Y es fundamental no dejar de lado el resto de áreas vitales que existen además de la relación amorosa para fomentar un crecimiento personal pleno y feliz. Esto nos fortalece, por lo que también refuerza cómo nos sentimos dentro de nuestra relación sentimental.
Sí, al comienzo de una relación estás tentado a pasar el mayor tiempo posible con tu pareja. Y es lógico, dado que estás iniciando una nueva etapa que te ilusiona al máximo. Pero si esta actitud se mantiene de manera continuada en el tiempo, puedes generar una fuerte pérdida de referentes y pilares que son fundamentales para ti. Conserva tus relaciones sociales, tus amistades, hobbies e inquietudes personales. Todo es compatible, ¿no crees?

“El mejor tipo de amor es aquel que despierta el alma y nos hace aspirar a más, nos enciende el corazón y nos trae paz a la mente, y eso es lo que tú me has dado” El Diario de Noa.