Qué bonita la palabra amistad…¿No te parece? Engloba tantas cosas positivas y enriquecedoras. Sin duda, supone una fuente de grandes sentimientos y vivencias inolvidables.
Para comenzar, me gustaría preguntarte: ¿Cuántos amigos tienes? ¿Qué es más importante para ti, la amistad o la familia? ¿Tienes amigos en tu familia? La principal diferencia entre familia y amistad es que la primera nos toca y la segunda la elegimos. Y qué sensación tan genial cuando coinciden, ¿verdad?
“No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo” El Principito.
¿Qué es un amigo?
Escoges a tus amigos desde que eres niño. A través de tus primeras relaciones, comienzas a construir el sentido de la unión con tus iguales y saboreas cuál es la sensación de pertenencia a un grupo.
Un amigo es aquella persona con la que puedes compartir tu vida, contarle lo que te preocupa y disfrutar de lo bueno que te sucede. Él o ella te acepta tal y como eres, y cuentas con su apoyo de forma incondicional. Se establece una relación bidireccional y recíproca. Esto es, la amistad consiste en dar y también recibir a partes iguales. Hoy por ti y mañana por mí. Y es fundamental atender a tus amistades para que sean estables y crezcan en el tiempo.
En la amistad experimentas un tipo de amor diferente al de la pareja. Se trata de una relación afectiva basada en la comunicación, la comprensión y el apoyo mutuo, además del afecto y la armonía entre sus miembros.
El valor de la amistad:
¿Das valor a tus amistades? ¿Las cuidas y proteges? ¿Te cuesta mantener tu amistad con la gente?
A veces damos a los amigos por sentado, y no somos conscientes de la increíble suerte que tenemos de poder contar con ellos. La posibilidad de compartir tiempo y momentos con personas que son cercanas a ti, es una oportunidad maravillosa que genera altos niveles de satisfacción y felicidad. Tus amigos son personas que te ayudan a abrirte hacia nuevas experiencias, te ofrecen distintas perspectivas y visiones de una misma realidad y te enseñan cosas nuevas. Te hacen sentir más fuerte y creen en ti incluso cuando tú no lo haces.
Las 5 cualidades de una amistad sana y real:
- Autenticidad: Muéstrate siempre tal y como eres. Simple y llanamente sé tú mismo. Es el primer paso para formar un bonito vínculo amistoso con otra persona. Cuando una amistad es de verdad, confías plenamente en tu amigo y te consta que hará todo lo que esté en su mano para ayudarte. Esta confianza es el ingrediente principal para que se forje una relación transparente y genuina.
- Cordialidad: Cada persona es un mundo y tiene sus propios valores, su personalidad y ha recibido una educación concreta. Trata de aceptar a tu amigo sin pretender que actúe o piense tal y como tú lo harías. Escucha sus opiniones y tómalas como un aprendizaje. Recuerda que en la variedad está la riqueza.
- Empatía: Una amistad sana y duradera se basa en la capacidad de comprender a tu amigo. Te pones en su lugar, con el objetivo de ayudarle a sentir mejor y ofrecerle tu apoyo y consejo. Incluso, muchas veces, no hacen falta las palabras entre vosotros. Os conocéis a fondo y con una mirada es suficiente.
- Disposición: Estás ahí cuando te necesita. No hace falta que pregunte si puede ir a tu casa ante una urgencia. Cuenta contigo y sabe que estás disponible en todo momento y, prácticamente, para cualquier circunstancia.
- Lealtad: La amistad que perdura en el tiempo es una relación sana y sin mentiras, y en la que los miembros no se fallan entre sí. Los amigos, aunque no se vean a menudo, siempre están ahí y la relación no depende de los kilómetros que los separan o de los días o meses que pasan sin verse, sino del vínculo de unión y apoyo que existe entre ellos. Es mucho más importante la calidad de los momentos juntos que su frecuencia.
Las amistades son un tesoro. A lo largo de tu vida conoces gente y, a veces, forjas algunas amistades que terminan por perderse por el camino. Si dejas de tener contacto con ciertas personas suele ser debido a la ausencia de intereses comunes, los malentendidos/enfado, la distancia o, simplemente, por la pérdida de una rutina en común.
Amigos, responsabilidad y actitud.
Algunas personas nos acompañan durante una etapa de nuestra vida y nos enseñan lecciones valiosas que no olvidamos nunca.
Creo que, como todo en esta vida, lo que da fruto es aquello que se cultiva, cuida y se comparte con los demás. Acompañar, comprender y empatizar con el otro sin importar lo lejos que esté. Porque al final tanto tú como tus amigos tenéis vuestra propia vida, pero tomáis la decisión de compartirla en forma de amistad y cariño.
Promover una comunicación de calidad, apoyar en los momentos complicados, resolver posibles conflictos desde el respeto y la asertividad o ser sinceros y transparentes con nuestros amigos, son algunas de las claves para mantener relaciones de amistad sanas y duraderas.
No confundas el término “conocido” con el de “amigo”. ¿Te suena el dicho de “los amigos de verdad pueden contarse con los dedos de una mano”? Una frase que seguro has podido comprobar en ciertos momentos de tu vida.
Hoy, al echar la vista atrás seguro que te sientes afortunado: Conservas amigos de toda la vida. Los de siempre. Como nos ocurre a la gran mayoría. Y no son muchos, pero sí incondicionales. Personas que están ahí para lo que necesites. Al igual que tú lo estás para ellos. Aunque estéis separados por la distancia física, notas su aliento y cariño y se preocupan por hacerte llegar su apoyo.
Una reflexión sobre la amistad:
A continuación, os cuento mi propia opinión porque quiero compartirla con todos vosotros. Creo que una de las cosas más valiosas que una persona puede tener son esos amigos que comparten la vida contigo. Que están para todo y que llega el viernes por la tarde y estás pensando en verlos e irte a tomar algo con ellos.
Cabe destacar que la esencia principal para crear una relación de amistad es mantener una responsabilidad y actitud de compromiso con tus amigos. Al igual que lo haces con tu familia y del mismo modo que cuidas de tu pareja.
Seguramente, habrás tenido que aceptar fracasos en la amistad. Renunciar a personas y aceptar que la relación ya no funciona. Esto no es nada fácil y es lógico que al principio te cueste de asimilar. Sin embargo, es importante comprender que esto puede suceder. Los seres humanos estamos en continuo cambio y evolución. Por ello, hay veces que ya no nos sentimos identificados con algunas personas. Y no pasa nada. Es un proceso por el que todos hemos pasado alguna vez. Te invito a encontrarle un sentido a su pérdida y a quedarte con lo positivo. Probablemente hayas aprendido muchos valores importantes que te permiten ser quién eres a día de hoy.
Te animo a disfrutar más y mejor de los buenos momentos que te brindan los de siempre. De como tus amigos son testigos de tus triunfos, éxitos, acontecimientos importantes, preocupaciones o malas rachas. Intenta valorar más los pequeños detalles y encontrar en ellos tu fortuna. Porque, al fin y al cabo, de eso trata la vida. Cuida y mima a tus amigos, y cuéntales lo feliz que te hacen. Transmíteles lo mucho que disfrutas de su compañía y amistad.
Estoy convencida de que siempre existirá un lugar donde quienes te conocen te encontrarán.
Tener a tu grupo de amigos y compartir con ellos tu vida, no tiene precio. Es uno de los regalos más bonitos que te puede ofrecer la vida. Diría que para ello solo hacen falta tres componentes indispensables: ser tú mismo, cuidarles y tener la actitud adecuada para conservarles. En definitiva: formar un buen equipo y avanzar juntos en las diferentes etapas que se os presenten a lo largo de vuestra trayectoria vital.
¿Qué puede valer más la pena?
Hay amigos que pasan a ser familia. Sí, a veces son pocos. Pero el hecho de vivir y compartir una vida con ellos es todo un privilegio y fortuna que no se puede describir con palabras.
“Y cuando sufras aquí me tendrás, porque hay un amigo en mí” Toy Story.