“Sé que en estas circunstancias el impulso es fuerte pero, por favor, que el miedo y el cambio no nos hagan pequeñitos”.
Con motivo de la crisis del coronavirus, me gustaría hacer un post especial. El hecho de no saber cómo evolucionará esta situación, hace que desarrollemos en nosotros mismos diferentes sentimientos, entre ellos miedo al futuro próximo, que puede provocar una intensa angustia.
Vivimos en una situación de crisis a nivel mundial, un tiempo “raro” y diferente, unos días y semanas en los que se paraliza o cambia tu forma de trabajo, tu rutina, en el que te prohíben salir a la calle…
¿Cómo afrontamos esta situación sin esperarla?
Tenemos motivos para sentirnos como nos sentimos. Entiende tu forma de actuar y acéptala, lo haces lo mejor que sabes y puedes ante esta situación actual. Es importante que seas comprensivo contigo mismo y te des permiso para estar así.
Probablemente para muchos de nosotros sea la primera vez que no podemos salir de casa por obligación.
“El confinamiento por sí mismo a nivel psicológico no es nada sano. Aunque en este momento es cuestión de supervivencia y solidaridad con las personas más vulnerables.”
¿Y ahora qué?
Ahora nada…La vida, en muchas ocasiones, nos pone a prueba. Ante los imprevistos y con la rapidez con la que evoluciona todo, podemos angustiarnos y frustrarnos, pero también podemos adaptarnos. No te exijas demasiado y planifica objetivos muy realistas que puedas alcanzar dentro de las limitaciones.
Céntrate en resolver lo que ocurre ahora y deja a un lado lo que pienses que puede suceder en el futuro. En el presente es desde donde puedes actuar, ya que ahí se encuentra lo posible, momento a momento.
No tener respuestas inmediatas, así como tener que esperar a que algo o esta epidemia se resuelva, nos crea ansiedad. Pero la realidad es que cuando las situaciones que creíamos controladas se convierten en imprevistos, podemos angustiarnos y frustrarnos, pero también podemos adaptarnos.
¿Cómo debemos actuar bajo incertidumbre?
¿Estamos preparados para ello? “Lo primero que hemos de hacer es entender que la incertidumbre es una reacción normal y que puedes adaptarla ante una situación imprevista o desconocida. Tiene utilidad, ya que te ayuda a poner en marcha planes de acción para reducir esa situación incierta”
La incertidumbre se alimenta con preocupaciones y pensamientos sobre hechos que no han ocurrido y tendemos a engordarla con teorías tremendistas sobre el futuro. Un tremendismo en el que es fácil caer, por lo tanto, intentemos limitar el consumo excesivo de información.
La información nos aporta seguridad pero si nos empachamos nos confunde y aumenta la vulnerabilidad. Ser vulnerable puede disminuir tus recursos.
Ya sabemos todo lo que está pasando, ¿no? Está muy bien informarse pero, al darse una situación excepcional que no hemos vivido, el consumo de tanta información y con las limitaciones que tenemos puede perjudicarnos a nivel mental.
Desdramatizar:
Es normal que te preocupe lo que va a pasar la semana que viene o las próximas. “Pero preocuparnos no es dramatizar, y dramatizamos cuando empezamos a generar pensamientos negativos o exagerados sobre las consecuencias no deseadas que pueden llegar a venir”.
Piensa en lo que puedes controlar cada día. Mañana, probablemente, las cosas vayan cambiando y es posible que estemos en otra fase. Piensa en esos aspectos positivos, como ver que en China los casos van disminuyendo.
Para acabar el post, me gustaría hacer una reflexión sobre la unión que está mostrando la sociedad española estos días:
El sábado 14 de marzo a las 22:00h de la noche, una ola de aplausos arrasó el territorio español. No hacen falta palabras o comentarios.
No se salva ninguno, ni norte, sur este u oeste. Dedicación, esfuerzo, solidaridad y entrega palpamos en los balcones de cualquier esquina de las ciudades. Todos rendimos homenaje para dar las gracias eternas a todos los trabajadores sanitarios: médicos, enfermeros y personal que está cuidando de los enfermos e intentando disminuir el impacto del virus y salvar vidas. Un pequeño gesto, un aplauso que se envía desde la cuarentena de nuestras casas para poder agradecer toda la labor en esta crisis que nos afecta a todos, y dar fuerza para todo lo que está por llegar.
Quédate con este mensaje y sentimiento. No estás solo, no estamos solos. La sociedad cada vez sorprende más y mantener una actitud negativa no sirve absolutamente de nada, no cambiaríamos nada, ya que que no elegimos nosotros esta situación. Lo que si que está en nuestra mano es cómo nos enfrentamos a ella.
Ya que está aquí, aprendamos de ella, valoremos las cosas que ahora mismo no podemos disfrutar y recordemos que, como todo, esto también pasará y seguro que saldremos fortalecidos, reforzados y con un gran aprendizaje vital.
¡Feliz cuarentena!
¿Cómo la estáis pasando vosotros? Os leo 🙂