¿Alguna vez has sentido que los demás están viviendo experiencias increíbles mientras tú te lo pierdes? Esto es lo que en Psicología se conoce como FOMO (Fear Of Missing Out), y consiste en tener una persistente sensación de miedo a perder oportunidades importantes y maravillosas, que las personas que te rodean sí que están disfrutando.
Así pues, el FOMO se asocia a ansiedad, malestar y a encontrarse “fuera del grupo”, representando el papel de perdedores de ocasiones valiosas.
El FOMO y las redes sociales
El uso de las redes sociales y el desarrollo de la Tecnología, ha magnificado la presencia del FOMO. El ver, constantemente, otras vidas perfectas, idealizadas y apasionantes, puede generar la percepción de que se está perdiendo lo mejor y, es inevitable, que se establezcan ciertas comparaciones con la propia vida y salir empequeñecido.
Por otro lado, estamos asistiendo a un uso compulsivo y creciente de las mismas. Las razones para esta conexión permanente serían: la presión social, el miedo a ser excluido del grupo y a perderse las “magníficas” vivencias que se muestran en las plataformas. Otra explicación podría ser el hecho de que las redes ofrecen una recompensa rápida, con sensación de pertenencia y bienestar que impulsa a usarlas.
Este abuso de vida digital, bombardea con múltiples alternativas que desbordan la capacidad individual y acrecientan la sensación de no abarcar experiencias excitantes que otros, aparentemente, disfrutan. Y es “aparente” porque, en realidad, nadie lo pasa bien siempre. Todos tenemos momentos de aburrimiento, tristeza o rutina, solo que no se comparten tanto en redes.
¿Por qué afecta el FOMO a nuestra salud mental?
El FOMO no solo genera ansiedad y estrés, sino que también puede producir sentimientos de inferioridad y baja autoestima, afectar a toma de decisiones y disminuir la capacidad de trabajo por las distracciones frecuentes. Además, la constante comparación con los demás, nos hace sentir insatisfechos con nuestra propia vida, incluso si tenemos muchas cosas buenas. Todo ello origina un marcado agotamiento mental y emocional que puede llegar a desgastar significativamente.
En cuanto a la esfera social, conduce a un mejor manejo de las relaciones virtuales en detrimento de las interpersonales. Por otro lado, la afectación de la capacidad para tomar decisiones, induce a comprometerse con planes que ni siquiera resultan interesantes por miedo a quedar excluido. Esto puede llevarnos a un estado de agotamiento social y desconexión de nuestras verdaderas necesidades.
Cómo manejar el FOMO
Si quieres dejar de sentir esa angustia “por lo que te estás perdiendo”, prueba estos consejos que he preparado y que son aplicables a lo que estamos viviendo hoy en día:
Cuestiona lo que ves en las redes sociales:
Recuerda que en las redes se muestra lo mejor de cada persona. Nadie comparte sus momentos de cansancio, frustración o rutina. Lo que ves es una selección de los buenos momentos, no de los malos o mediocres.
Sumérgete en el presente y valora lo que tienes:
En lugar de pensar en lo que podrías estar haciendo, disfruta lo que estás viviendo. Practica la gratitud, sal a dar un paseo, escucha tu música favorita o pasa tiempo con alguien cercano. Lo que está pasando en tu vida también tiene valor.
Establece tus propias metas realistas: :
Y lucha por ellas según tus prioridades y sin obsesionarte por lo que hacen otras personas. Disfruta de tus triunfos, hasta de los más pequeños.
Desconéctate de vez en cuando:
No hace falta estar todo el día en redes sociales. Intenta reducir el tiempo de pantalla y verás cómo tu ansiedad disminuye. Puedes establecer horarios sin redes o dedicar más tiempo a actividades fuera del mundo digital.
Haz las cosas que realmente disfrutes:
Cuando hacemos cosas que nos gustan, no nos preocupa lo que hacen los demás. Encuentra actividades que te llenen, ya sea leer, hacer ejercicio, cocinar…, lo que te produzca felicidad. No te comprometas a hacer las que no te satisfacen solo por presión social.
Rodéate de personas que te hagan sentir bien:
El FOMO muchas veces surge de las comparaciones, que nos llevan a considerar nuestra vida mediocre y a frustrarnos. Si pasas tiempo con personas que te valoran y te hacen sentir cómodo, dejarás de preocuparte tanto por lo que otros hacen.
La importancia de la autenticidad
El FOMO es un sentimiento normal, pero no tiene por qué controlar tu vida. La clave está en disfrutar el presente, poder desconectarte de las redes, siempre que quieras, y valorar lo que tienes.
En lugar de compararte con los demás, céntrate en lo que realmente te hace feliz. No todas las experiencias emocionantes que ves en redes (y que además no reflejan la realidad completa) son para ti, y no pasa nada. Definir qué te hace sentir pleno y construir una vida basada en tus propios valores es la clave para reducir el impacto del FOMO.
La vida no es una competencia, y lo que estás viviendo tú también es valioso, ¿no crees?
Aprender a decir “no” a planes que no te aportan valor y priorizar lo que realmente te importa. Esto marca un paso esencial para vivir con más tranquilidad y satisfacción.
La Tecnología, en sí misma, es una herramienta que, si la usamos correctamente, puede servirnos para desarrollar nuestras competencias y brindar un importante apoyo, laboral, social y académico.
Sin embargo, creo que si el FOMO interfiere en el día a día, entorpece las relaciones personales o disminuye el bienestar emocional, puede ser interesante buscar apoyo profesional para ayudar a gestionar el uso desadaptativo de las plataformas digitales y para incrementar estrategias y habilidades sociales y de autoestima.
¡Un abrazo!
Regina