Gestión del trauma: Comprender, aceptar y sanar

En los últimos días, la DANA que afectó a Valencia, ha dejado tras de sí un panorama desolador. Las inundaciones han ocasionado numerosas pérdidas humanas y también materiales y ha sembrado un ambiente de tristeza, incertidumbre y caos.

Sin embargo, no es solo el daño físico y visible lo que deja huella. Las personas que vivieron esta experiencia pueden enfrentarse a algo más profundo: el impacto emocional de lo sucedido.

El trauma

El trauma no solo surge tras grandes catástrofes naturales, como inundaciones, terremotos o tsunamis. También puede ser desencadenado por accidentes, violencia humana o por cualquier situación que desafíe nuestra capacidad de afrontamiento.

Sin centrarme exclusivamente en esta DANA, como psicóloga de un gabinete en Valencia, me gustaría ofrecer herramientas a quienes han vivido algún evento traumático y desean comprender, gestionar su malestar y reconstruir su vida.

¿Cómo nos afecta?

El trauma psicológico es la respuesta emocional que surge tras experimentar un evento abrumador.

Este tipo de eventos rompen nuestra sensación de seguridad y control y dejan una huella que puede manifestarse de diferentes formas: insomnio, ansiedad, flashbacks, irritabilidad o incluso síntomas físicos como tensión muscular o fatiga constante.

Es importante recordar que cada persona vive el trauma de manera diferente. Un evento que para unos puede ser desestabilizador, para otros puede ser más manejable, lo que depende de factores como su historia personal, su red de apoyo y sus recursos emocionales.

 

Las claves para superar un trauma

 

Claves para gestionar el trauma:

¡Toma nota! Superar el trauma no es un proceso lineal. Es un camino progresivo y complejo que requiere tiempo, paciencia y, en muchas ocasiones, acompañamiento profesional. Aquí te comparto algunas claves para gestionarlo:

  • Reconocer y validar tus emociones sin juzgarlas: es normal sentir miedo, tristeza o confusión tras un evento traumático. Permítete vivir estas emociones sin caer en la trampa de “deberías” sentirte de una forma u otra. Cada emoción forma parte del proceso de sanación.
  • Cuidar de tu cuerpo: el trauma no solo afecta nuestra mente, sino que también tiene un impacto físico. Practicar ejercicios de respiración consciente, caminar al aire libre o realizar actividades como yoga puede ayudarte a reconectar con tu cuerpo y reducir la tensión acumulada.
  • Hablar de lo sucedido: compartir lo que has vivido con personas de confianza puede ser un paso liberador. Hablar ayuda a procesar el evento y a darle sentido, reduciendo su carga emocional. Si prefieres no hablar, puedes escribir sobre tus sentimientos en un diario.
  • Establecer una rutina: después de un suceso traumatizante, el caos puede invadir nuestras vidas. Volver a una rutina diaria, aunque sea simple, puede brindarte una sensación de estabilidad y control.
  • Buscar ayuda profesional: si  las secuelas emocionales del trauma persisten o interfieren con tu día a día, es importante buscar apoyo psicológico. Un profesional puede ayudarte a explorar lo sucedido de manera segura y a trabajar en estrategias específicas para sanar.

El papel del tiempo y la resiliencia

Paso a paso….. En el proceso de sanación tras un trauma, lo primero es sentir que se va recuperando el control sobre la propia realidad, lo que nos brinda seguridad y confianza en nosotros mismos.

Y poco a poco, conforme se va superando el choque emocional, se aprende a desarrollar estrategias que nos permiten afrontar los eventos estresantes, tanto presentes como futuros.  Esto nos ayuda a avanzar con firmeza y nos prepara para enfrentar las adversidades con una actitud más resiliente y menos vulnerable.

Así que, el trauma tiene la capacidad de transformar nuestras vidas, pero no necesariamente de manera negativa. Con el tiempo y las herramientas adecuadas, muchas personas descubren que son más fuertes y resilientes de lo que pensaban.

Esta capacidad de enfrentarse a la adversidad, superarla y mejorar, mental y psicológicamente, se conoce como crecimiento postraumático.

Es importante destacar que sanar tras un trauma, no significa olvidar. El trauma emocional, igual que la herida física, puede dejar cicatrices, que indican que la herida se ha curado y cerrado, pero que no definen quién eres. Es el proceso de adaptación y superación lo que nos caracteriza y hace seres magníficos e irrepetibles.

Aprender a convivir con lo que ha sucedido y darle un nuevo significado a esa experiencia, puede ser una de las mayores muestras de fortaleza que muestre una persona.

Si has vivido alguna situación traumática, ya sea debida a la DANA o a cualquier otra circunstancia, con apoyo, paciencia y cuidado, vas a poder recuperar la tranquilidad y reconectar con tu vida. Vale la pena que lo intentes y piensa que, buscar ayuda, no es un signo de debilidad, sino de valentía.

Para finalizar

Quiero decir que, soy valenciana y he visto y sentido esta catastrófica DANA a flor de piel. Por eso, comprendo que, ante tanto dolor y destrucción, algunas personas encuentren que ciertas palabras (sanación, crecimiento, superación) representan sueños imposibles, utopías irrealizables. Sí, ahora vamos a permitirnos llorar, porque motivos existen, pero, sin darnos cuenta, con nuestra actitud y esfuerzo ya estamos empezando a levantarnos aún más sabios y capaces.