“El mayor error que puedes cometer en la vida es tener miedo de cometer uno” Elbert Hubbard.
Todos tenemos miedo al fracaso y cada persona lo desarrolla en un grado diferente. Tenerlo no es malo. Cuando este miedo es moderado, puede incluso llegar a ser positivo y beneficioso para ayudarnos a mejorar en muchos aspectos del día a día, así como en las actividades que realizamos a lo largo de nuestra vida.
El problema viene cuando convertimos este miedo en algo extremo, persistente e irracional y como consecuencia paralizamos nuestras metas, objetivos y proyectos.
¿Qué es fracasar?
“El mayor fracaso es no haberlo intentado”
No tengas miedo al error, no tengas miedo a intentarlo. Lo peor que puedes hacer es cerrarte tú mismo una puerta cuando no te has dado la oportunidad de saber si funciona. Date permiso para equivocarte.
Si fracasas no debe suponer algo irreparable o imperdonable, ya que si creas esta presión tan fuerte sobre ti mismo no te permites actuar ni proponerte metas. Además, los seres humanos aprendemos por ensayo-error, por lo que fallar es totalmente normal. Equivocarnos nos enseña a poner en práctica nuevos recursos y herramientas personales.
La reacción emocional que experimentas ante el miedo al fracaso es lo que conlleva que te bloquees a la hora de continuar luchando por tus objetivos o proyectos.
El miedo al fracaso está condicionado por 3 factores:
- La valoración que hacemos de nosotros mismos cuando desarrollamos una actividad o labor y obtenemos el resultado.
- La interpretación que elaboramos de la situación.
- La anticipación que generamos y creamos al pensar en las posibles consecuencias.
Tras el fracaso, solemos tener una visión de la situación catastrófica y negativa. Esta visión suele presentarse de forma recurrente y automática. Todo ello te hace pensar que eres incapaz de afrontar tus objetivos o retos personales, lo que acarrea que termines imponiéndote barreras que te limitan a la hora de perseguir tus metas.
¿Fracasar o cometer errores?
¿Es lo mismo fracasar que cometer errores? Una experiencia, aunque no resulte como esperas, nunca es un fracaso. Cada momento te enseña algo diferente y puedes aprender de ello y salir fortalecido.
El término de fracaso supone la pérdida de ilusión y de esperanza de ser capaz de afrontar una meta.
La diferencia entre fracasar y cometer un error es la relación que estableces entre tus pensamientos, tu conducta y las emociones que desarrollas ante una situación.
Todos cometemos errores a veces, ¿verdad? La decisión que tomas a partir del error debe darte perspectiva para mejorar y rectificar. Recuerda que te has equivocado en un aspecto concreto y, por supuesto, en algo que es corregible. Pocas cosas en esta vida no tiene solución.
Por lo tanto, no interpretes este sentimiento como un fracaso, sino simplemente como un error reparable del cual puedes extraer un aprendizaje importante para ti. Te aconsejo que no te sumerjas en el fallo. Al contrario, trata de tomarlo con un enfoque constructivo y proactivo.
Los 4 síntomas que experimentas ante el miedo al fracaso:
- Desarrollas un alto nivel de autoexigencia y dejas poco margen de error contigo mismo.
- Buscas la perfección en todo lo que haces.
- Cuando tienes problemas de autoestima, generas un sentimiento de fracaso con más frecuencia y de manera más automática.
- ¿Tienes temblores, taquicardia y molestias estomacales? Estos síntomas aparecen en el momento en el que vas a iniciar una actividad, como presentar un proyecto o proponer algún cambio importante.
¡Las 4 claves para superar el miedo al fracaso!
¿Qué importa si fracaso? Es cierto que el fracaso tiene una acepción negativa en nuestra cultura, pero tú decides si quieres verlo así. Si lo transformas en aprendizaje, cada vez tendrás menos miedo de afrontar nuevos retos y equivocarte. Sabrás que, aunque falles, habrás aprendido y posiblemente este error no lo vuelvas a cometer.
- Reformula el fracaso. No llegues al extremo de pensar que un fracaso es “el fin del mundo”. Tómalo como una oportunidad de crecimiento y superación a varios niveles. Piensa que enfrentarte a tus fallos te acerca a tus metas.
- Crea un plan B. En muchas ocasiones el fracaso te asusta porque lo interpretas como una situación permanente que te va a acompañar siempre. Pero no es así y siempre existe la posibilidad de volver a intentarlo o cambiar tu estrategia de actuación. El fracaso no te define como persona y mucho menos es permanente.
- Visualiza el proceso. Si fantaseas de manera positiva con los resultados que quieres alcanzar, esto se traduce en forma de energía y motivación. No olvides que el pensamiento positivo y la constancia son dos ingredientes indispensables para alcanzar el éxito.
- Analiza el origen del miedo. Detrás del miedo al fracaso se suelen esconder otros temores, como por ejemplo el miedo a ser criticados, a la decepción, pensar que no estás a la altura de las circunstancias. Si encuentras la causa principal que está generando que te sientas así, podrás saber con mayor exactitud qué es lo que necesitas y actuar sobre ello.
Evolma, te recomienda que cuando percibas cualquier señal que pueda indicar atiquifobia (miedo al fracaso) de manera persistente en el tiempo, acudas a un especialista en salud mental. Vivir con el freno de mano puesto y queriendo controlar todo lo que nos sucede es agotador. Si comienzas un proceso de terapia, puedes “darle la vuelta” a tus miedos y enfocarlos de forma positiva, tomando el fallo como una parte del camino a seguir que nos ayuda a conocernos y a sentirnos más fuertes. Todo ello te ayudará a proponerte nuevas metas y objetivos, y a sentirte capaz de lograrlos.
“Es imposible vivir sin fracasar en algo, a menos que vivas tan cuidadosamente que dé lo mismo que estés viviendo. Y en ese caso habrás fracasado por defecto”J. K. Rowling.