¿Qué es realmente una persona con perfil narcisista?

¿Te resultan familiares estas actitudes? Egocentrismo, protagonismo, poca empatía, prepotencia…

Y…¿te acuerdas de Cruella de Vil?

Un poco de mitología

No suelo detallar gramaticalmente los términos en los artículos del blog, pero este dato me parece tan interesante que me gustaría compartirlo contigo.

El término “narcisista” tiene su origen en la mitología griega, específicamente en el personaje Narciso.  Según la leyenda, Narciso era un joven muy hermoso y todas las doncellas y ninfas se enamoraban de él, pero estaba muy orgulloso de sí mismo y las rechazaba despectivamente. Para castigar a Narciso por su vanidad Némesis, diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su imagen reflejada en un arroyo. Así que, cuando intentaba alcanzarla, se cayó al agua y en el lugar donde había caído creció la flor que lleva su nombre y que se encuentra junto al agua de los ríos y se refleja en ellos.

Perfil Narcisista

El narcisismo es un rasgo de la personalidad que todos poseemos en mayor o menor cuantía, ya que se trata de un espectro. Algunas personas tienen rasgos narcisistas leves, que no les impiden el establecimiento de relaciones interpersonales sanas y otras, en cambio, desarrollan cuadro narcisista completo.

El narcisismo patológico se considera un trastorno clínico de la personalidad que se caracteriza por una actitud de grandeza, necesidad de admiración y ausencia de empatía y ética y con grandes dificultades relacionales.

Así que, ¡cuidado! no necesariamente una persona con alta autoestima es un narcisista patológico con un trastorno de la personalidad que para ser diagnosticado requiere cumplir una serie de criterios estandarizados y de pruebas psicométricas.

Personalidad Narcisista: La infancia

La infancia desempeña un papel crucial en la formación de un perfil narcisista.

El tipo de apego recibido durante los primeros años de vida es fundamental a la hora de crear vínculos sanos en las relaciones interpersonales. En personas con perfiles narcisistas, se suelen observar dos tipos comunes de apego:

Padres sobreprotectores: constantemente les hacen sentir excepcionales, superiores a los demás y situados por encima de consideraciones éticas o responsabilidad. Refuerzan la idea de que son los seres más maravillosos del mundo y de que están protegidos frente a las adversidades, viviendo aislados dentro de una falsa burbuja protectora.

Así, se crean individuos que no se han enfrentado a la frustración ni a la existencia de límites y cuando tropiezan con alguna barrera, suelen reaccionar con rabietas y enfados. Llegan a idealizar la relación con sus progenitores y creen que son los únicos que los entienden.

Padres emocionalmente ausentes: generan en sus hijos sensación de abandono. El niño se siente ignorado y desprotegido afectivamente, por lo que se retrae y se retira a su propio mundo para evitar posibles conflictos.

Se siente víctima y desarrolla la idea de que el mundo debe recompensarle por lo que no ha recibido. Son personas inseguras a la hora de establecer conexiones emocionales por miedo a ser ignoradas o traicionadas.

Por último, sufrir maltrato en la infancia es un factor de riesgo predisponente para el desarrollo de un trastorno de la personalidad narcisista

Un apego seguro fomenta una relación saludable con el afecto, los límites y el amor, brindando un acompañamiento adecuado

Las personas con un perfil narcisista generalmente provienen de entornos donde el apego emocional no se ha desarrollado correctamente, lo que les lleva a percibir el mundo de una manera limitada o distorsionada.

Características de un perfil Narcisista

La principal característica es su autoestima exageradamente alta.

Las personas narcisistas tienen una seguridad extrema, son arrogantes y egocéntricas, hasta el punto de creer que sus opiniones son las únicas válidas.

Tienden a monopolizar las conversaciones y desestiman lo que dicen los otros.  Minimizan los éxitos de los demás y hacen enormes y maravillosos los suyos. ¡Ojo! y lo mismo con los problemas, por ejemplo, si alguien les dice que le duele la cabeza, le contesta: “Tú no sabes lo que es un dolor, a mí si que me duele…”  Y si no sabe algo se lo inventa.

Ocupan mucho espacio y tiempo social. Conciben las relaciones personales desde una perspectiva manipulativa. Cierto es que, al principio, pueden parecer encantadoras debido a su seguridad y rasgos aparentemente amables. Pero con el tiempo, su verdadera naturaleza se revela haciendo difícil mantener una relación con ellas. No se alegran de los éxitos de los demás ni conectan con las emociones ajenas.

Son personas egoístas, con las que no se puede contar, sin empatía y que pueden llegar a ser crueles.

Son arrogantes y necesitan ser elogiadas y admiradas constantemente por los que les rodean y, además, creen que se lo merecen siempre.

Podemos preguntarnos si este personaje, con su exagerada autoestima y seguridad en sí mismo, es real o es la imagen que proyecta alguien emocionalmente vulnerable que necesita la admiración constante de los demás. Esta es una buena cuestión que nos habla de la complejidad de la mente humana y del delicado equilibrio de las emociones.

El Narcisista en la pareja

La persona narcisista es seductora y encandila por lo que, en el terreno amoroso, consigue que caigan en sus redes. Además, utiliza la técnica del refuerzo intermitente para cautivar y retener a la pareja y que consiste en un verdadero despliegue de encanto, obsequios y atenciones.

Todo ello hasta que empieza a mostrar su verdadera cara. Entonces empieza a demandar admiración constante y exige obedecer sus deseos y acatar sus órdenes y la relación se vuelve conflictiva, estresante y agotadora emocionalmente.

Una persona con un perfil narcisista monopoliza la relación y va relegando a su pareja a un segundo plano: no escucha sus opiniones, no empatiza, ni le da importancia a sus sentimientos. Psicológicamente, esto afecta directamente a su autoestima y se siente insignificante, prescindible y sin valor hasta llegar al punto de no tener voz en la relación, que pasa a estar formada por una sola persona. Solo cuentan las preocupaciones y los anhelos de la persona narcisista y la otra queda reducida a un ser dependiente emocional.

Para terminar, me gustaría contarte que la persona con trastorno de la personalidad narcisista no suele ser consciente de que padece esta patología y cree que sus relaciones fracasan porque los demás no le comprenden y le envidian y ofenden. Esto le provoca ansiedad y es por lo que puede solicitar ayuda psicológica.

Es posible interactuar con ellas de manera constructiva aplicando las estrategias adecuadas para minimizar los conflictos y potenciar la comunicación, y así aprender a manejar situaciones complicadas.

Siempre se ha dicho que: “Cada verano tiene su historia” ¡Qué este seáis muy felices!