El verano es la estación del año que más promete, en la que más planes se organizan y más tiempo libre tenemos. Sin embargo, las estadísticas afirman que genera un aumento de consultas por ansiedad. Así pues, es recomendable estar preparado para disfrutar de estos magníficos meses.
Bien.
Antes de empezar quiero darte el primer consejo: olvídate del verano maravilloso que los “influencers” publican en Instagram.
Cómo el ocio veraniego puede derivar en ansiedad
Llegan las vacaciones de verano y, en teoría, podemos descansar y recargar pilas y disfrutar de actividades que no podemos llevar a cabo el resto del año. Pero, hay personas que se agobian por creer que no están aprovechando bien el tiempo, otras por no tener planes o por no tratarse del verano que les gustaría vivir y, por último, están las que hacen grandes esfuerzos de coordinación y planificación familiar.
¿Por qué podemos tener ansiedad en verano?
Las personas, por norma, deseamos tener todo controlado. Esto nos regala una sensación de seguridad y paz que está muy bien. Y… ¿Cuál es el problema? Pues que cuando algo se escapa de nuestro control se produce malestar interior. Este desasosiego nos afecta, en mayor o menor medida, dependiendo de la personalidad de cada uno o de las herramientas que cada persona ha trabajado y desarrollado en consulta.
¿Te has agobiado por planificar tus vacaciones de verano este año?
Recuerda: Nadie vive teniendo todo bajo control. Es una utopía. Como muchas de las publicaciones y contenido en general que se genera en redes sociales.
Es imposible vivir sin incertidumbre. No podemos controlarlo todo. La exhaustividad y planificación de los mínimos detalles de cómo serán tus vacaciones de verano resta libertad y espontaneidad.
Claves para trabajar la ansiedad en verano
Me gustaría contarte algunos consejos te ayudarán a gestionarla.
Pero antes..
Un dato que me parece curioso para compartirlo contigo es que las altas temperaturas afectan el estado de ánimo, especialmente en aquellas personas que no toleran el calor.
Ahora sí. ¡Allá voy!
- Descansa y relájate: Es necesario desconectar para recargar la energía.
- Fluye, no planifiques en exceso: Déjate llevar por el día a día. Además, planificar ocio cuando no depende solo de ti puede llegar a ser muy frustrante. Cuenta con tu grupo para hacer planes, teniendo en cuenta que la calidad de la compañía es lo más importante.
- No te exijas demasiado: En verano el ritmo del día a día es más tranquilo y puede que no seas tan productivo como en otras épocas del año.
- Evita comparaciones: Centrarnos en lo que queremos nosotros mismos y que nos hace felices. No es necesario dar la vuelta al mundo para disfrutar de la vida. Lo más bonito se puede encontrar en las pequeñas cosas que nos ofrece la vida.
- Dedícate tiempo de calidad: Ver películas, leer libros, salir a pasear, escuchar podcast… También se puede pasar un rato tranquilo agradable en el sofá de casa, si te apetece.
- Improvisa: ¿Crees que eres una de esas personas que necesita tenerlo todo controlado? Créeme, a veces es maravillosos dejarse llevar…
- Evita el uso excesivo de dispositivos tecnológicos. No mires demasiado las redes sociales. Y no te creas todo lo que ves.
- Invierte tiempo en tu vida social: Contacta con familiares queridos y amigos. ¡Cuida tus vínculos!
- Practica hábitos de vida saludables: Es un buen momento para realizar algún deporte que te resulte agradable o retomar alguna afición que tienes un poco olvidada.
Las vacaciones de verano no son un capricho, sino una necesidad para mantener nuestra salud física y mental, y para recargar energías. Es primordial aprender a desconectar de las obligaciones diarias, de los horarios que rigen nuestra vida familiar y laboral. Son un buen momento para aflojar el control y permitirse, incluso, “perder el tiempo” si es eso lo que te apetece. Creo que no hay nada más saludable que mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos qué es realmente lo que deseamos hacer.
Si te cuesta gestionar tu ansiedad en verano y te ves reflejado en este artículo, acude a un profesional para que te ayude a resolver tu problema.
Y una última reflexión: siempre, siempre, siempre mirando hacia dentro para brillar hacia fuera.
¡Feliz verano! y hasta la vuelta de vacaciones.
Descansa, desconecta, disfruta y déjate llevar 🙂
