La importancia de saber decir NO
Saber decir que no y establecer límites en tu vida diaria no es una tarea sencilla. Sin embargo, se trata de una acción necesaria para sentirnos bien con nosotros mismos y también con los demás. Cuando hablamos sobre la comunicación asertiva en el blog de Evolma, explicamos las diferentes técnicas comunicativas que pueden resultar útiles para expresarnos adecuadamente.
La asertividad, y por tanto decir NO, ha demostrado ser un pilar fundamental para desarrollar una buena autoestima personal. Te permite comunicarte de manera efectiva, otorgando valor a tus propias opiniones, tus puntos de vista en una conversación y tus necesidades.
¿Por qué nos cuesta decir que NO algunas veces?
¿Te ha pasado alguna vez que, aunque quieres decir que no, aceptas la propuesta que te han hecho?
Decir NO puede parecer fácil a priori, pero es una de las dificultades más frecuentes que nos encontramos en nuestro día a día.
¿Te sientes identificado con alguno de estos dos escenarios?
- Dices que SI: Y al decir sí puedes sentirte mal, porque quizás no es lo que realmente quieres o te apetece hacer. La emoción principal que suele ponerse de manifiesto al aceptar una petición cuando no deseas hacerlo es la frustración.
- Consigues decir que NO: Pones en práctica tu asertividad. Pero si dices que no y sientes que no es correcto del todo, puedes llegar a sentirte culpable.
Los factores por los que nos cuesta decir que NO:
Hay diversos factores que influyen en nuestra capacidad para poner límites o negarnos a las peticiones de los demás. Es decir, a declinarse por el sí o por el no.
- Miedo al rechazo. Por el temor a que los demás piensen algo malo de mí, o a la reacción que puedan tener. Solemos pensar que van a considerarnos egoístas o poco sensibles si decimos que no.
- Creer que si dices que NO, podrías herir a otras personas. En ocasiones, pensamos que el hecho de rechazar una propuesta puede expresar dejadez, que algo no nos importa o mala educación por nuestra parte.
- El no saber cómo hacerlo. No es cuestión de decir no y ya está. Va mucho más allá. Es imprescindible expresar nuestra negativa con naturalidad y sin necesidad de generar un choque o enfrentamiento con los demás, aunque no piensen como tú.
- Por evitar emociones no placenteras. Estas emociones surgen cuando estás diciendo que no. Al poner límites, puedes experimentar sentimientos de preocupación, nerviosismo, angustia… Muchas veces, simplemente, quieres “escapar” de esas sensaciones y crees que es más fácil decir que sí.
Los 3 beneficios de saber decir NO:
- Fomentar tu autonomía. ¿Cómo te sientes cuando haces algo que no quieres? Probablemente, te sientas de algún modo “manejado” por los demás. Puedes creer que se están aprovechando de la situación o de ti.
- Potenciar la seguridad en ti mismo. Cuando marcas tus límites y muestras tu opinión, desarrollas la autoestima y la sensación de libertad al elegir tus propias decisiones. Aprender a decir no te ayuda a incrementar tu autoconfianza. Todo ello te permite dirigir tu vida en los diferentes contextos en los que te desenvuelves.
- Evitar implicarte en cosas de las que te puedes arrepentir. Es posible que si no ejerces el derecho a decir no te veas implicado en situaciones que no son agradables para ti, lo que te puede generar malestar emocional.
¿Cómo puedo aprender a decir NO?
Uno de los problemas más comunes a la hora de decir que no, es la preocupación que surge sobre cómo vas a reaccionar frente a las insistencias de los demás y cómo vas a mantenerte firme en tu respuesta.
Si llevas a la práctica las técnicas de comunicación asertiva y reflexionas antes de dar una respuesta, evitarás un «SI» inmediato, del cual puedas arrepentirte después.
Hazte estas preguntas antes de contestar: ¿Puedo y quiero hacerlo? ¿Tengo tiempo para ello o hay otras prioridades? ¿Me apetece? Cuando te hagan una petición en cualquier ámbito: trabajo, amigos, familia… tómate un tiempo antes de tomar una decisión. Valora los pros y contras con tranquilidad.
Piensa en cómo te sientes cuando alguien rechaza una de tus propuestas y te explica sus razones o motivos. ¿Verdad que entiendes su postura? Probablemente suceda lo mismo al revés.
Exprésate con asertividad, cordialidad y educación. Expón tus argumentos de forma clara y segura. Recuerda que tienes derecho a decir que no y a pensar en ti. Todo ello favorece tu crecimiento personal y emocional.
El hecho de decir que NO y que te salga de forma espontánea ¡no es fácil! Para aprender nuevos patrones de respuesta tienes que entrenarlos, como todo en la vida, ¿verdad? Es lógico que, de buenas a primeras, no sepas cómo hacerlo. Date tiempo, porque toda habilidad requiere de aprendizaje y práctica. Poco a poco irás cogiendo confianza en ti mismo, dominando y aprendiendo a aplicar esta técnica con soltura.